Directora de revista literaria (con carrito)

jueves, septiembre 29, 2005

Kafeta Procirc Nicaragua

Me acaba de llegar esta información, y como ya sabéis que yo tengo cierta vinculación con Barcelona y con Nicaragua, os la copio aquí...

KAFETA PROCIRC NICARAGUA
Divendres 30 de setembre a partir de les 20 hores. Ateneu Rosa de Foc,
C/Verntallat, 26 gracia (Barcelona).

Vine aquest divendres dia 30 a partir de les 20 hores a la Kafeta de l'Ateneu
Rosa de Foc on s'explicarà el projecte de la escuela de comedia y mimo de
Nicaragua formada per joves d'aquell país d'entre 13 i 17 anys que arriben el
dia 6 d-octubre a Barcelona i estaràn 9 dies amb nosaltres fent un seguit
d'actuacions i activitats.

Es tracte d'un projecte educatiu desenvolupat a la ciutat nicaragüenca de
Granada que pren el circ com eina educativa i de transformació social. A més
haurà espectacles, trapeci, clown, una actuació musical i alguna sorpresa més.
Com sabeu en aquest projecte es va implicar l'Ateneu, Xaingra i altres col.lectius,
així com gent a títol individual.

La idea de la Kafeta, a part de donar a conéixer el projecte, es fer una mica de
caixa per poder finançar la estada dels nois del grup nica.

Feu-ne la màxima difussió.

sábado, septiembre 24, 2005

Taller de Fotografia Llumforn Cadaqués

Javier de Juan-Creix es uno de esos personajes interesantes que una tiene la suerte de conocer gracias a ser directora de revista (con carrito). Además de eso es un gran fotógrafo con estilo propio y una obra que merece la pena. En Cadaqués ha puesto en marcha junto con otros tres fotógrafos el Taller de Fotografia Creativa Llumforn Cadaqués. Asi se presentan ellos:

En febrero de 2005 tres jóvenes fotógrafos, Javier de Juan-Creix, Anna Vall y Marc Rotlland, ponen en marcha el espacio Llumforn CDQ, un taller fotográfico donde la obra de Autor se presenta desde las formas más clásicas del B/N hasta las últimas técnicas digitales. El objetivo es dar a conocer el trabajo realizado por jóvenes creadores que utilizan la fotografía como medio de expresión artística. Llumforn CDQ también es un espacio abierto a personas que quieran utilizar el taller para realizar montajes audiovisuales.

Si estáis interesados en presentar un trabajo o conocer más de este interesante proyecto, podéis hacerlo en la siguiente web:

www.javierdejuancreix.com

portada iguazu 16
Portada de Iguazú n. 17, por Javier de Juan-Creix

domingo, septiembre 18, 2005

Los estigmas de Eva (II)

Ya en verano comencé a leer Los estigmas de Eva, de Isabel Prescolí, ganadora del I Premio Internacional de Novela Lesbiana convocado por Ellas Editorial. Entonces ya hice un apunte aquí sobre esos primeros párrafos leídos.

Un libro no se entiende sin el momento en el que lo hemos leído o sin las circunstancias que nos han llevado a él. En este caso, yo llegué a Los estigmas... gracias a Ellas Editorial, que desde el principio, no me canso de decirlo, me sorprendió por la calidad literaria de su primera novela publicada, Efecto retrovisor de Thais Morales. Fui a la presentación de Los estigmas... y conocí a la autora y a su madre, una señora que me recordó mucho a la mía, y que me contaba maravillas de su hija, no como escritora (ella no había leído entonces el libro, no sé si ahora lo habrá hecho) sino como persona. No sé si ya iba influida por estas palabras de la orgullosa madre, pero al conocer a la hija, y autora del libro, me cayó muy bien, me pareció una persona centrada en su labor literaria (que tiene que combinar con mil labores más), nada pretenciosa y abierta a la crítica constructiva.

Me fui de viaje y olvidé el libro recién empezado en casa, así que no pude completar su lectura hasta hace un par de semanas cuando he vuelto aquí. Curiosamente, antes de leerlo yo, lo leyó una amiga que vino de visita y que lo empezó y lo terminó en la misma mañana (se levantó muy pronto, lo vio en la estantería, se puso a leerlo y ya no pudo soltarlo hasta que llegó a la última página -tuvimos que comer más tarde para que ella terminara la lectura-). Después, por la tarde, estuvimos hablando de varias cosas y como no, del amor, de las personas que se cruzan en nuestra vida, de si estarán ahí siempre, de si existen de verdad estas pasiones que duran toda una vida... y ella me decía que el libro la había dejado pensando en todo esto, y que quería que yo lo leyera para comentarlo.

Lo leí cuando ella ya se había ido, pero tuve que llamarla a mitad de la lectura:

Yo: Estoy en la peor parte, cuando ellas se conocen...
Ella: Sí, eso es lo peor...
(silencio)
Ella: ¿Tú crees que hay una única persona y sólo una?
Yo: Quiero pensar que hay más de una, que somos personas diferentes en cada época de nuestra vida y que por lo tanto nuestras cerraduras y las llaves que las abren y las cierran van cambiando...

Y a pesar de que quiero pensar así, el libro me dejó pensando, removiendo recuerdos muy diversos, no sólo los referentes a esa historia de amor, sino que también me tocó especialmente la descripción del psiquiátrico y de sus pacientes (hace mucho, durante una semana de fiestas en la ciudad que a nosotros se nos hizo interminable a alguien muy cercano a mí le tocó estar en la planta séptima del hospital, "Sección: Psiquiatría"), y la manera en que la autora va desdibujando los límites entre locura y cordura en el caso de la protagonista Helena, haciéndonos además partícipes de su secreto: el MIV.

En cuanto a la narración, tengo que decir que a ratos se me hizo demasiado pesada, con un uso excesivo de adjetivos y explicaciones que realmente no aportaban mucho, salvo el continuo alarde de los conocimientos no tanto de la autora, sino de la misma protagonista, que se recrea en párrafos sobre ópera o sobre vinos que a veces desaceleran el ritmo narrativo, y en los que en mi opinión, no hacía falta detenerse tanto. En estos puntos la protagonista, Helena, llegaba a parecerme realmente pretenciosa, y terminaba cayéndome un poco mal, aunque luego le salvaba que ella misma reconocía ser consciente de su falta de humildad y le salvaba también su capacidad de sacrificio y su determinación hasta lograr sus objetivos (por no decir que desde el principio resulta una mujer fascinante con su mundo de secretos por desentrañar).

Me hubiera gustado, también, encontrar en el libro más páginas sobre Itsaso, que a pesar de ser la persona que remueve todo el mundo de Helena, en el libro es sólo un personaje secundario, frente a la presencia de Esther, la psiquiatra, y de Helena, la paciente. De todas formas, entiendo que la construcción de la novela está basada en estos dos personajes, especialmente en el de Helena, ya que Esther al final no es más que dos ojos que la observan igual que la observamos nosotros, y que nos ofrecen su punto de vista para sentirla más cercana.

En fin, puesto que me dejó pensando, y que removió recuerdos, recomiendo la lectura de Isabel Prescolí, de quien además me he quedado con ganas de leer Ácidos de naranja y limón, libro por lo visto difícil de conseguir, pero no del todo imposible gracias a Bookcrossing (red de intercambio de libros sobre la que tengo que escribir en otro momento).

martes, septiembre 13, 2005

Rayuela

Definitivamente tengo que leer "Rayuela". Es un libro que ya hace tiempo que me está persiguiendo, yo sé que es un libro de esos que me va a marcar, lo compré en Buenos Aires hace más de dos años para tenerlo a mano cuando llegase el momento en que me dijera "léeme", y creo que ahora es ese momento.

Ya sabéis sobre mi teoría de que son los libros los que nos buscan a nosotros, y no nosotros a ellos. Ahora otra vez vuelvo a confirmarla. ¿Cómo me ha buscado "Rayuela"? Primero hace dos años (o más) en Buenos Aires, una referencia al capítulo 7, una librería en la calle Lavalle y una edición cutre de bolsillo. Después una entrevista a Cristina Peri Rossi, que me habla de Julio (Cortázar) como si fuera un amigo de toda la vida (que para ella lo era, claro) y un libro que ella escribió sobre "Julio" que me hace querer a un personaje tan entrañable. Más tarde, no hace mucho, una personita que me cuenta que jugaba a la rayuela por las calles de Madrid buscando a su particular Maga (y que la encontró). Y hace nada, un par de semanas, una Maga que parece buscarme a mí y me propone citas desde el otro lado de la pantalla. Y Rayuela detrás de mí, en la estantería, llamándome... Lo abro, lo comienzo, me absorbe, lo tengo que dejar y en el viaje de vuelta vuelve a aparecer una chica en el bus que me recuerda que debo llegar al capítulo de los pseudópodos, y con quien volveré a quedar, como dice ella, si la cuarta dimensión no da un golpe de estado.

Definitivamente, Rayuela me ha encontrado.