Escupió un viajero la boca del metro...
Abel E. Cantero se ha convertido en imprescindible en la estructura actual de Iguazú. No sólo por su indudable calidad como poeta, sino por la ilusión que ha puesto en este proyecto. Yo hablo de él como "mi secretario", pero es mucho más que eso. Es un buen amigo y compañero. Una de esas personas a quien conocí gracias a Iguazú y por las que merece la pena seguir con esta revista. Alguien que prefiere ceder la página donde ya estaba maquetado su poema a otro autor en el que él cree. La mejor muestra de que a los que de verdad creemos en Iguazú nos gusta muy poco mirarnos el ombligo.
Escupió un viajero la boca del metro... (publipoema)
Escupió un viajero la boca del metro
observó la noche tendida sobre los edificios
suspiró
miró atrás, a un lado, al otro
y preguntó ¿cuál es mi sitio?
Siguió la estela de aquella diosa
que pisaba el pavimento de periódicos atrasados
y recortado al final de la avenida que nunca se acerca
halló un segmento de horizonte
Lo recogió en sus brazos se sonrió agradecido
pensó entonces que ya tenía dentro para siempre
por los siglos de los siglos hasta el fondo de su existencia
el mapa con todos los caminos.
Escupió un viajero la boca del metro... (publipoema)
Escupió un viajero la boca del metro
observó la noche tendida sobre los edificios
suspiró
miró atrás, a un lado, al otro
y preguntó ¿cuál es mi sitio?
Siguió la estela de aquella diosa
que pisaba el pavimento de periódicos atrasados
y recortado al final de la avenida que nunca se acerca
halló un segmento de horizonte
Lo recogió en sus brazos se sonrió agradecido
pensó entonces que ya tenía dentro para siempre
por los siglos de los siglos hasta el fondo de su existencia
el mapa con todos los caminos.
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