Directora de revista literaria (con carrito)

sábado, octubre 09, 2004

adquisiciones literarias

Hoy he cometido el terrible error de entrar en una librería con dinero...

En realidad el dinero era para comprar un billete de tren, pero he cometido el también terrible error de acercarme a las estanterías de poesía...

Me han asaltado tres libros:

Una antología de Luisa Castro, autora gallega que no sé por qué (no he leído tanto de ella) me cae especialmente bien, creo que porque tiene cara de buena persona, y de persona normal y corriente, nada pretenciosa, lo que se agradece en el mundo de las letras.

Un libro de mi profesor de Teoría de la Literatura, Javier Velaza, a quien descubrí como poeta mucho más tarde, cuando por casualidad estando en Soria descubrí en una antología de poemas estos versos suyos: "Y si nadie nos libra de la muerte / al menos que el amor nos salve de la vida". Este descubrimiento fue una revelación que explicaba por qué me gustaban tanto sus clases, nada teóricas, y absolutamente críticas con todo (había quien las detestaba, porque no había forma de coger apuntes y "este hombre se dedica a contar su vida"). Hoy por fin tras buscarlo por muchos lugares, especialmente en Barcelona, donde él da clases, me ha encontrado en Vitoria su libro "Los arrancados".

Un libro maravilloso cuya existencia desconocía y que en las pocas horas que lleva en mi vida ya se ha convertido en imprescindible: "Amor Infiel. Emily Dickinson por Nuria Amat". De Nuria Amat había oído hablar mucho, en especial a Virginia Trueba, profesora de Literatura Española I, que en sus clases además de hablar de la literatura del medioevo, aprovechaba para hacer discursos feministas y recomendarnos escritores y escritoras varios. A Emily Dickinson la conocí estando en Inglaterra y se convirtió en una de mis referencias. Un libro que aúna las dos autoras, es sin duda un libro escrito para mí. Nuria Amat traduce libremente a la escritora americana, y además aprovecha para intercalar poemas y meditaciones propios sobre los temas tratados por la poeta de Amherst. Como se dice en la contratapa: "Este libro no está hecho para ser leído: este libro está hecho para acudir a él con asiduidad".

Tras este asalto literario, he sufrido en caja el consiguiente asalto monetario, y he salido de allí con 50 euros menos (sí, casi me da vergüenza confesar que me he gastado 50 euros en tres libros de poesía, y mi conciencia de pobre me ha detenido varias veces antes de llegar a la caja, pero los libros palpitaban en mis manos y no podía ya abandonarlos...) pero feliz con tanta revelación de las palabras.

Claro que he tenido luego que dar un rodeo para buscar un banco y sacar dinero con el que pagar el billete de tren, y que ahora tendré que ajustar mi economía, pero afortunadamente (o no) no tengo otros vicios...

jueves, octubre 07, 2004

Papeleos

Por fin la universidad nos ha mandado la convocatoria de la subvención de noviembre. Como siempre, lo hace con el tiempo justo: la carta lleva fecha del 15 de septiembre y a nosotros nos llega ahora. El plazo para entregar todo el papeleo es el 18 de octubre. Menos mal que como siempre pasa lo mismo, ya lo tenemos todo listo, sólo falta confirmar el presupuesto con la imprenta. Hoy he hablado con el comercial, Héctor, tan amable como siempre, y dice que lo tendrá listo para mañana, así que todo está en orden. La verdad es que desde el principio estoy contentísima con Imprenta Sacal, de Vitoria; el trabajo que hacen es muy bueno, y el trato muy personal, así que casi son como una parte más del engranaje artesanal de la revista.

domingo, octubre 03, 2004

Presentación

En este blog se pueden encontrar las reflexiones de la directora de Iguazú. Revista Artesanal de Literatura y Cultura. A pesar de que contamos con una web www.revistaiguazu.com (que prometemos rediseñar y actualizar en breve) creemos que un blog es una manera rápida y sencilla de tener al día las diversas actividades realizadas por la revista, para que los interesados en ella puedan acceder on-line a esta información.

También es un medio ideal en el que, como directora de la publicación, me permito el exhibicionismo de dar a conocer mis avatares literarios como lectora, que indudablemente influyen en la edición de la revista.

Imagino que mis amigos sonreirán al conecer la existencia de este blog, pero quizás algún desconocido llegue a estas letras y le sirvan de algo, o le acompañen, o le lleven a leer alguno de los libros que menciono. En el fondo lo que queremos con la revista es comunicar (poner en común) , al igual que espero que este blog ponga en común diversas lecturas.

Últimas visitas

He visto en las estadísticas de la página de Iguazú que hay varias visitas de Carolina del Sur; como me imagino que ya sé quién es esa visita, le guiño un ojo desde aquí. También mando otro guiño a la visita que hay desde Portugal...

La página sigue sin actualizarse, de momento estamos bastante atareados preparando el número 16 y además yo misma estoy en plena mudanza intentando organizar un poco mis cosas (y para más ajetreo me marcho el día 14 de octubre a Nicaragua, a visitar a mi hermano, donde además espero cerrar el siguiente número con unos artículos que tengo allí apalabrados).

sábado, octubre 02, 2004

Con carrito

Iguazú se define como artesanal, y os puedo asegurar que efectivamente lo es. Los primeros números eran fotocopias en los que "cortar y pegar" no era un comando informático, sino toda una manualidad. Nos ayudó mucho entonces un chico muy simpático que llevaba "Fotocopias Gil", en el Portal de Villareal en Vitoria (hoy "Fotocopias Iris", también regentado por una chica muy amable que resulta que por casualidades de la vida, conocía nuestra revista y tenía en su casa algún número). El caso es que el de Fotocopias Gil prácticamente montaba él sobre la máquina las fotos y los textos según le íbamos diciendo y así componíamos la revista. Además nos las grapaba sin cobrarnos todo este trabajo extra, y haciéndonos un precio bastante económico.

Más tarde, conseguimos una subvención de la UPV, tuvimos acceso a un escáner y a un ordenador medio aceptable y la imagen de la revista mejoró notablemente. Eso fue a partir del número 5, allá por 1999. Aunque no la composición, la organización de la revista (conseguir los textos, pensar el diseño, distribuirla...) seguió siendo un trabajo artesanal.

Y lo más artesanal de todo ahora mismo, sin duda, es la distribución. Nuestra tirada es de 1.400 ejemplares. Son como 10 cajas de entre 10 y 12 kilos cada una. La imprenta nos las entrega en la sede de la asociación (como no conseguimos un local, y hacía falta una dirección oficial, mi propia casa acabó conviertiéndose en sede de la asociación), y allí se quedan haciendo bulto en el pasillo de mi casa, ante la mirada de mi madre, que suspira dándome por perdida.

De ahí, poco a poco, engañando a amigos algunas veces, y a la familia otras, las repartimos en varias facultades de los tres campos de la UPV (Universidad del País Vasco). Por ejemplo, no hace mucho mis amigos Nuria y Edu hicieron un viajecito de propio a Leioa para repartir allí unas cajas que tuvieron varios días cargadas en el maletero de su coche.

Los números de Vitoria los reparto yo misma, y para ello adquirí en los chinos un carrito que me está resultando de lo más útil. Lo malo es que a veces se me desmonta por culpa del peso y lo tengo que volver a montar, y que otras veces se niega a plegarse y lo tengo que llevar de vuelta a casa desplegado y vacío. También emite un peculiar ruido al moverlo, que me indica que tengo que engrasarlo un día de estos...

Así que yo he decidido reírme de todo esto, y cuando me presentan en algún lugar oficial o me entrevistan en algún medio (medios locales y casi tan artesanales como nuestra revista) y dicen de mí que soy directora de una revista literaria, yo añado que sí, que lo soy, pero que "con carrito".

Ayer, sin ir más lejos, llevé unos ejemplares al Artium en Vitoria (el nuevo museo de arte contemporáneo) y así me presenté a la directora de la biblioteca (simpatiquísima, por cierto) con mi caja atada artesanalmente (no tenía a mano ni gomas ni cuerda y utilicé cinta de carrocero) a mi viejo -aunque útil- carrito.