Rayuela
Definitivamente tengo que leer "Rayuela". Es un libro que ya hace tiempo que me está persiguiendo, yo sé que es un libro de esos que me va a marcar, lo compré en Buenos Aires hace más de dos años para tenerlo a mano cuando llegase el momento en que me dijera "léeme", y creo que ahora es ese momento.
Ya sabéis sobre mi teoría de que son los libros los que nos buscan a nosotros, y no nosotros a ellos. Ahora otra vez vuelvo a confirmarla. ¿Cómo me ha buscado "Rayuela"? Primero hace dos años (o más) en Buenos Aires, una referencia al capítulo 7, una librería en la calle Lavalle y una edición cutre de bolsillo. Después una entrevista a Cristina Peri Rossi, que me habla de Julio (Cortázar) como si fuera un amigo de toda la vida (que para ella lo era, claro) y un libro que ella escribió sobre "Julio" que me hace querer a un personaje tan entrañable. Más tarde, no hace mucho, una personita que me cuenta que jugaba a la rayuela por las calles de Madrid buscando a su particular Maga (y que la encontró). Y hace nada, un par de semanas, una Maga que parece buscarme a mí y me propone citas desde el otro lado de la pantalla. Y Rayuela detrás de mí, en la estantería, llamándome... Lo abro, lo comienzo, me absorbe, lo tengo que dejar y en el viaje de vuelta vuelve a aparecer una chica en el bus que me recuerda que debo llegar al capítulo de los pseudópodos, y con quien volveré a quedar, como dice ella, si la cuarta dimensión no da un golpe de estado.
Definitivamente, Rayuela me ha encontrado.
Ya sabéis sobre mi teoría de que son los libros los que nos buscan a nosotros, y no nosotros a ellos. Ahora otra vez vuelvo a confirmarla. ¿Cómo me ha buscado "Rayuela"? Primero hace dos años (o más) en Buenos Aires, una referencia al capítulo 7, una librería en la calle Lavalle y una edición cutre de bolsillo. Después una entrevista a Cristina Peri Rossi, que me habla de Julio (Cortázar) como si fuera un amigo de toda la vida (que para ella lo era, claro) y un libro que ella escribió sobre "Julio" que me hace querer a un personaje tan entrañable. Más tarde, no hace mucho, una personita que me cuenta que jugaba a la rayuela por las calles de Madrid buscando a su particular Maga (y que la encontró). Y hace nada, un par de semanas, una Maga que parece buscarme a mí y me propone citas desde el otro lado de la pantalla. Y Rayuela detrás de mí, en la estantería, llamándome... Lo abro, lo comienzo, me absorbe, lo tengo que dejar y en el viaje de vuelta vuelve a aparecer una chica en el bus que me recuerda que debo llegar al capítulo de los pseudópodos, y con quien volveré a quedar, como dice ella, si la cuarta dimensión no da un golpe de estado.
Definitivamente, Rayuela me ha encontrado.