De este libro ya hablé en un
post de octubre, pero quería rescatar ahora alguna de sus palabras. Es un libro que me cayó a la cabeza literalmente, cayó sobre mí al estar sacando yo otro libro de una estantería. Aquí, mi teoría de que los libros "saltan" (a veces literalmente, como era el caso) sobre una en el momento exacto, y que son ellos los que te buscan a ti, más que tú a ellos, se vio absolutamente refrendada. En pocas horas, ya se convirtió en imprescindible. Como se dice en la contratapa: "Este libro no está hecho para ser leído: este libro está hecho para acudir a él con asiduidad".
Y sin más, otorgo la palabra a estas dos autoras:
(De los capítulos "Amistad" y "Cartas"):
Amiga ausenteGracias por la nieve, que ha estado cayendo hoy, en lugar de cualquier otro día, cuando el mundo y sus pesares tratan de apartarme de ti, mi amiga ausente, y gracias también al saber que no te aburren mis desdichas o al menos no lo dices, y cuando el mundo de afuera sigue frío y gime la lluvia con tanta desesperación, sé perfectamente que tú eres mi refugio de cualquier tormenta.
No hace solNo hace sol, pero yo puedo sentir sus rayos acariciar mi alma y transformarla en verano. Lo único que pido es que el sol brille también sobre mi querida amiga ausente y la convierta en pájaro.
Carta sin palabrasTe he escrito muchas cartas desde que te fuiste.
No imagines el tipo de cartas que se echan a un buzón o se envían por correo, sino breves cartas sin palabras, muy llenas de cariño y colmadas de secretos. Pero les faltaba tu verdad, y entonces no eran válidas porque tú no podías contestarlas, y para escribirte hace falta tomar papel y tinta, una lástima tener que utilizar tanto material para algo tan sagrado.
Pero trataré ahora de escribirte al menos una de éstas, aunque no sea ni la mitad de valiosa que las otras, las cartas que no hablan.
(Del capítulo "Amor"):
Sin palabrasEn la mano que me tiendes en la oscuridad pongo la mía. Y me doy la vuelta.
Tu amor me ha dejado sin palabras.
DeclaraciónAhora puedo decirte cuánto te quiero y sé que te hará feliz saberlo. Sigo contigo desde que me escribiste la primera carta, siempre contigo, más ahora que entonces, pues has de saber que estos últimos días te he sentido mucho más conmigo, mucho más cerca de mí, yo que te he deseado tanto y he rezado para poder verte y escucharte, y sentir tu ardiente corazón latiendo al lado mío, con toda su música en nuestro silencioso palabreo.
Pienso en tiPienso en ti tan enteramente que no puedo resistirme a escribirte de nuevo para preguntarte esta vez si estás a salvo.
El peligro no se encuentra al principio, cuando somos inconscientes, sino en los días mucho más lentos del después.
No trates de salvarte; deja, por el contrario, que sea la libertad la que venga a rescatarte. Seguro que lo hará.
Amor rescata amor, pues somos nosotros sus únicos y solitarios héroes.
Amor secretoAnsiosa e impaciente, así me siento y sentiré hasta que el día señalado para verte llegue al fin sin que haya de esperar demasiado, pues hasta entonces yo seguiré de luto por ti, que nunca has muerto. Y todo porque empiezo a creer en ti.
¿Será posible nuestro encuentro?
Te incluyo un beso a escondidas por si acaso hubiera alguien por ahí.
¿Juras que nunca permitirás que nos descubran?