Evohé
Cristina Peri Rossi escribió su primer libro de poemas en 1971 y lo llamó Evohé. Es un libro descatalogado y muy difícil de conseguir. Así habla ella de este libro:
Ahora Evohé se puede leer en la Poesía reunida de esta autora que acaba de editar Lumen. Estoy simplemente maravillada. Os regalo dos versos cualquiera:
Me miró y supe que me hacía falta.
Tanto tiempo me hacía falta.
Y en la página siguiente leemos:
para escribir
para comer
para ir al cine
para escuchar música cualquiera
para dormir
para hacer vigilia
para pasear por las estatuas
para meterme adentro de una casa
para adquirir gato
para comprar un mueble, uno solo, necesario,
para no irme nunca de la ciudad,
del país,
naturalmente, para hacer poesía,
naturalmente, para creer en la mujer,
para amarla todo un día
y después desconformarme,
para amar a otras mujeres,
para dejar su amor por otro,
para contar historias,
y entre las historias que cuente,
contar esta historia,
para morirme unos cuantos días más,
y quizás -si nos llevamos bien-
para morirme hasta unos años.
Y otro verso más de regalo:
Desde que la he escrito, nuestro amor ha finalizado.
Más poemas de la autora, aquí
Evohé constituyó un pequeño escándalo en Montevideo, pero supongo que lo hubiera sido en cualquier país de habla hispana, donde el erotismo y la voluptuosidad eran de y para los hombres. Un escándalo y un libro de culto: las minorías se reconocieron en él, lo celebraron y lo acunaron con su amor. Es un libro revolucionario en todos los sentidos: formal y conceptualmente. Goza con la transgresión, llena de ternura y de ironía al objeto de deseo. Prohibido por la dictadura militar de mi país, como el resto de mi obra, fue un libro inencontrable, copiado a mano, ciclostilado, hasta que apareció, veinticinco años después, una edición bilingüe en Estados Unidos.
Ahora Evohé se puede leer en la Poesía reunida de esta autora que acaba de editar Lumen. Estoy simplemente maravillada. Os regalo dos versos cualquiera:
Me miró y supe que me hacía falta.
Tanto tiempo me hacía falta.
Y en la página siguiente leemos:
para escribir
para comer
para ir al cine
para escuchar música cualquiera
para dormir
para hacer vigilia
para pasear por las estatuas
para meterme adentro de una casa
para adquirir gato
para comprar un mueble, uno solo, necesario,
para no irme nunca de la ciudad,
del país,
naturalmente, para hacer poesía,
naturalmente, para creer en la mujer,
para amarla todo un día
y después desconformarme,
para amar a otras mujeres,
para dejar su amor por otro,
para contar historias,
y entre las historias que cuente,
contar esta historia,
para morirme unos cuantos días más,
y quizás -si nos llevamos bien-
para morirme hasta unos años.
Y otro verso más de regalo:
Desde que la he escrito, nuestro amor ha finalizado.
Más poemas de la autora, aquí