Recortar palabras
Ayer me pasó algo que nunca me había pasado como periodista, ni como estudiante. En vez de tener que "inflar" un texto para llegar al número de palabras exigidas, me vi en la difícil tarea de recortar un texto hasta llegar al número determinado que se me exigía. De una primera transcripción de casi 8.000 palabras, llegué sin apenas esfuerzo a una primera versión de 5.500, y de ahí, sufriendo un poco con cada recorte, alcancé las 4.000. En ese punto me parecía tener una entrevista perfecta, pero había un problema, 4.000 eran todavía muchas palabras, demasiadas, ya que yo tenía que limitarme a ¡1.800!.
Leía y releía y recortaba... A las 6 de la madrugada estaba ya en las 2932, pero ya mi cabeza no daba más de sí... No sabía si odiar a Cristina Peri Rossi por ser incapaz de ser escueta en sus respuestas, o si admirarla todavía más por su capacidad de hilar pensamientos diversos uno tras otro... Eliminé entera la pregunta sobre la Literatura Hispanoamericana. Quité también, con gran dolor, el relato de su relación con Julio Cortázar... Con cada palabra recortada yo empezaba a sentirme muy mal... En este punto decidí dejarlo antes de morir de sueño e inanición en el intento, y envié 2637 palabras a una amiga periodista para que ella me diera un punto de objetividad.
Ahora todavía estoy con esto, he dormido menos de 4 horas, y encima en el trabajo me han echado la bronca por no estar frente al ordenador a las 9 en punto de la mañana. Considerando que trabajo desde casa, para mí acostarme a las 6 y estar delante del ordenador a las 10 ya era todo un alarde de profesionalidad... y seguir aquí ahora ni os cuento, con las ganas que tengo de echar una siesta...
(I. si lees esto, no es nada contra ti, es sólo que este es mi blog, y digo lo que quiero..., y además, ya sabes que a mí me encanta Consumer...)
Leía y releía y recortaba... A las 6 de la madrugada estaba ya en las 2932, pero ya mi cabeza no daba más de sí... No sabía si odiar a Cristina Peri Rossi por ser incapaz de ser escueta en sus respuestas, o si admirarla todavía más por su capacidad de hilar pensamientos diversos uno tras otro... Eliminé entera la pregunta sobre la Literatura Hispanoamericana. Quité también, con gran dolor, el relato de su relación con Julio Cortázar... Con cada palabra recortada yo empezaba a sentirme muy mal... En este punto decidí dejarlo antes de morir de sueño e inanición en el intento, y envié 2637 palabras a una amiga periodista para que ella me diera un punto de objetividad.
Ahora todavía estoy con esto, he dormido menos de 4 horas, y encima en el trabajo me han echado la bronca por no estar frente al ordenador a las 9 en punto de la mañana. Considerando que trabajo desde casa, para mí acostarme a las 6 y estar delante del ordenador a las 10 ya era todo un alarde de profesionalidad... y seguir aquí ahora ni os cuento, con las ganas que tengo de echar una siesta...
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