Universo blog
¿Cómo llega uno a hacer un blog? Últimamente estoy pensando mucho sobre mis propios motivos para estar escribiendo esto aquí y ahora. Yo nunca he sido una fan de la última tecnología. En los términos de Umberto Eco, si tuviera que elegir entre "apocalípticos" e "integrados", me definiría como apocalíptica sin duda. Y sin embargo la vida me ha ido llevando a ser una auténtica integrada.
Yo en 1998, antes de irme de Erasmus, renegaba por completo de Internet. Creo que apenas si había visitado una o dos páginas y por pura obligación. No me gustaba ese medio nuevo que deshumanizaba y reducía a las personas a unas letras detrás de una pantalla. Donde estuviera una buena carta manuscrita y pensada, que se quitara un rápido email escrito con la misma velocidad que el medio que lo transportaba (en cierta forma sobre esto todavía pienso así, pero ya lo desarrollaré en otro momento).
En el año 2000 era la experta webmaster de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad del País Vasco. Cómo llegué ahí es un proceso curioso, en el que creo que la principal causa fue mi tendencia a convertirme en lo que los demás creen que soy. Y en un momento dado alguien creyó en mí como experta webmaster y en eso me convertí. Eso y que me gustan los retos, y que siempre me han gustado las matemáticas, y que en su día los test psicológicos del instituto decían que yo iba para ingeniera, aunque yo me empeñara en escribir, ganara concursos literarios y siempre tuviese claro que quería ser periodista.
Sigo teniéndome por apocalíptica, a pesar de que tengo un iBook de última generación y una conexión wifi de ADSL, un disco externo mini de 60 GB que me costó un dineral, varios dispositivos usb, videocámara digital, todo tipo de cables... y que reconozco que los estantes del Media Mark me tientan tanto como los libros en la sección de poesía de una librería.
Me echo las manos a la cabeza al enterarme de que el blog Antes muerta que sencilla ha sido convertido en un libro por Aguilar. Reconozco que yo, que nunca leía blogs, había caído en este por pura casualidad y me había detenido en él lo suficiente como para colocarlo en "Mis favoritos", aunque nunca más volví a leerlo. Mi yo apocalíptico reniega de la idea de que un diario on-line pueda acabar siendo un libro. Mi yo integrado me recuerda que la tecnología empleada para publicar algo nada tiene que ver con la calidad de lo publicado. El epílogo del blog Aquí cabe toda la vesania es una buena muestra de ello.
Mi yo integrado decidió crear este blog, todavía no sé con qué intenciones. Mi yo apocalíptico sigue escribiendo en libretas de papel reciclado con bolígrafo negro, recreándose en el sonido del bolígrafo al rozar el papel, y en los matices de tinta de cada palabra. Todavía no logro conciliar a los dos. Y todavía me pregunto cómo llega uno a hacer un blog.
Yo en 1998, antes de irme de Erasmus, renegaba por completo de Internet. Creo que apenas si había visitado una o dos páginas y por pura obligación. No me gustaba ese medio nuevo que deshumanizaba y reducía a las personas a unas letras detrás de una pantalla. Donde estuviera una buena carta manuscrita y pensada, que se quitara un rápido email escrito con la misma velocidad que el medio que lo transportaba (en cierta forma sobre esto todavía pienso así, pero ya lo desarrollaré en otro momento).
En el año 2000 era la experta webmaster de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad del País Vasco. Cómo llegué ahí es un proceso curioso, en el que creo que la principal causa fue mi tendencia a convertirme en lo que los demás creen que soy. Y en un momento dado alguien creyó en mí como experta webmaster y en eso me convertí. Eso y que me gustan los retos, y que siempre me han gustado las matemáticas, y que en su día los test psicológicos del instituto decían que yo iba para ingeniera, aunque yo me empeñara en escribir, ganara concursos literarios y siempre tuviese claro que quería ser periodista.
Sigo teniéndome por apocalíptica, a pesar de que tengo un iBook de última generación y una conexión wifi de ADSL, un disco externo mini de 60 GB que me costó un dineral, varios dispositivos usb, videocámara digital, todo tipo de cables... y que reconozco que los estantes del Media Mark me tientan tanto como los libros en la sección de poesía de una librería.
Me echo las manos a la cabeza al enterarme de que el blog Antes muerta que sencilla ha sido convertido en un libro por Aguilar. Reconozco que yo, que nunca leía blogs, había caído en este por pura casualidad y me había detenido en él lo suficiente como para colocarlo en "Mis favoritos", aunque nunca más volví a leerlo. Mi yo apocalíptico reniega de la idea de que un diario on-line pueda acabar siendo un libro. Mi yo integrado me recuerda que la tecnología empleada para publicar algo nada tiene que ver con la calidad de lo publicado. El epílogo del blog Aquí cabe toda la vesania es una buena muestra de ello.
Mi yo integrado decidió crear este blog, todavía no sé con qué intenciones. Mi yo apocalíptico sigue escribiendo en libretas de papel reciclado con bolígrafo negro, recreándose en el sonido del bolígrafo al rozar el papel, y en los matices de tinta de cada palabra. Todavía no logro conciliar a los dos. Y todavía me pregunto cómo llega uno a hacer un blog.
posted by Nuria Rita at
16:12
4 Comments:
creo que cuando alguien escribe, (alguien como tú, como yo, como tantos) no piensa realmente sino en otra cosa que no sea escribir: con un lápiz gastado, con una pluma de tinta liquida, con un bolígrafo publicitario, escribir en word, en una servilleta, en un cuadernito, escribir en las palmas de las manos. existen lugares donde la tinta se deliza con mayor placer y faclidad, pero de eso depende el gusto de nuestros diferentes yos de turno(siempre hay un que gobierna más) pero al fin y al cabo, todos escriben.
leí tu comentario, te dejo mi email vesania@gamil.com (no encontré el tuyo)
nos escribimos.
saludos.
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Anónimo, at 12/2/05 18:26
pues no lo sé; el que se echa las manos a la cabeza es mi yo apocalíptico, y ese yo, a pesar de que creo que me gobierna la mayoría de las veces, es muy poco lógico...
creo que a ese yo le asusta que en la inmediatez de un medio como internet se pierda el punto de reflexión necesario del que proviene cualquier buena literatura.
es muy fácil sentarse delante de un diario que sabemos que nadie más a va a leer y allí escribir todo lo que se nos pasa por la cabeza sin reflexionarlo demasiado. pero no se puede escribir (o al menos ese yo mío no puede hacerlo) con la misma facilidad si se sabe que hay un interlocutor concreto más allá de nosotros mismos.
para mí es la presencia de este interlocutor el que marca el discurso (recomiendo leer "La búsqueda del interlocutor y otras búsquedas" de Carmen Martín Gaite), y lo hace en cualquier momento, escribamos sobre un cuaderno a rayas o una pantalla de word; en el momento en que somos conscientes de su existencia, nuestro texto cambia. y en un blog, su existencia es la primera máxima, pero no sé si realmente quien crea un blog reflexiona sobre ello o se limita al simple exhibicionismo.
me gustaría poder viajar en el tiempo y asistir a una clase futura dentro de muchos años, con mucha perspectiva, en una facultad de filología que llevara por título: "La narrativa del S XXI e Internet: El fenómeno blog".
mi yo apocalíptico es esencialmente reflexivo, pero por el contrario, mi yo integrado es puramente exhibicionista... quizás sea eso lo que tenga que conciliar...
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Nuria Rita, at 12/2/05 20:14
Hola Nuria.
Había leído esta nota hacía unos días, pero me he tenido que conceder unos días de reflexión, antes de poder comentarlo desde mi punto de vista.
Dejando de lado que a mí me suele pasar parecido en hipermercados de la informática y en librerías y bibliotecas, me gustaría decir que lo de escribir ha sido una afición bastante joven en mí. No he llevado nunca diarios, y sin embargo, ahí me tienes en mi blog dando la chapa prácticamente cada día. Y es que la cosa cambia si hay alguien que va a leer, quizás, tus palabras: yo lo sé todo de mí mismo, o prácticamente todo, y por tanto un diario íntimo no me descubrirá nada (salvo quizás pasado un tiempo, y como de eso cada vez tengo menos, prefiero dedicarlo a leer a gente más interesante que yo), mientras que un diario público me acercará a la órbita de otras personas, quizás con intereses parecidos, quizás con intereses muy diferentes, pero que en cualquier caso me aportarán cosas nuevas (también es recíproco). Desde ese punto de vista, yo veo el fenómeno de los diarios en Internet como una expansión y una confluencia del chat y del correo electrónico, hasta el punto de que ha habido ocasiones que mi blog parecía un foro.
A la vista del párrafo anterior, es seguramente mi yo integrado y exhibicionista el que escribe, mi lado más comunicativo, aquel al que le gustaría que ya que estoy en la distancia, mis amigos más directos fuesen los que más me leyesen, pero también es mi lado más intrépido,aquel que está a la búsqueda siempre de nuev@s conocid@s o incluso amig@s. Porque si algo, cualquier cosa, deviene público, el fin último de ese acto es la comunicación entre personas, y no hay duda de que somos los primates que más nos gusta comunicarnos entre nosotros...
Y como veo que me enrollo cual persiana, lo dejo aquí.
Ciao!
M@k
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Anónimo, at 19/2/05 13:02
Totalmente de acuerdo M@k en que el fin último de que algo sea público es la comunicación con otras personas... creo que ese punto se me había olvidado en mi diatriba sobre los blogs, y me ha gustado que lo apuntaras, porque ciertamente, creo que al fin todo se reduce a una cuestión de comunicación...
También Iguazú existe sólo con ese propósito de comunicar, o mejor dicho, "poner en común".
Me gusta la idea que mencionas de que un blog es el lugar donde se une el chat y el correo electrónico, y que muchas veces es casi un foro... Creo que ése es exactamente el universo blog que yo habito.
Y nada más, sólo que estoy encantada de que te enrolles cual persiana...
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Nuria Rita, at 20/2/05 16:06
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