El secreto de la lejia
Mientras seguimos con la distribución de Iguazú, artesanal, por supuesto, y con carrito, ha caído en mis manos este curioso título de Luisa Castro, que he leído con entusiasmo estos dos últimos días. En este blog ya había citado anteriormente a esta autora gallega, que sin saber por qué, me cae especialmente bien. Su libro no me ha decepcionado. Hacía tiempo que quería leerlo, desde que tropecé con él en una librería en Soria, pero no lo he hecho hasta ahora, cuando me lo han prestado por sorpresa (una amiga de una amiga le dio dos libros a ella para que me los prestara a mí).
En la segunda página un presentador de Radio 3 invita a la protagonista a asistir a un programa de radio en Madrid para leer uno de sus poemas. En ese mismo momento, sé que me va a encantar el libro. No la llaman de una radio cualquiera. La llaman de Radio 3.
Luego a la protagonista le van sucediendo una serie de extrañas cosas una tras otra, sin mucho sentido ninguna de ellas, y bastante increíbles para suceder todas a la vez, lo que al final resulta ser como la vida misma. Por de pronto, en vez de actuar de forma lógica e instalarse en casa de sus tíos, decide aceptar la invitación (de esas que se hacen por pura cortesía, sin que se piense que van a ser aceptadas) de su compañera de asiento en autobús, con quien apenas había cruzado unas palabras y que no parece caerle especialmente bien. Y a partir de ese momento, con ese piso en un barrio marginal como punto de partida, comienzan las peripecias de la protagonista. En el camino se encontrará con la peculiar pintora Piedad Hero...
Y no sigo contando más, esto es sólo un punto de partida...
En la segunda página un presentador de Radio 3 invita a la protagonista a asistir a un programa de radio en Madrid para leer uno de sus poemas. En ese mismo momento, sé que me va a encantar el libro. No la llaman de una radio cualquiera. La llaman de Radio 3.
Luego a la protagonista le van sucediendo una serie de extrañas cosas una tras otra, sin mucho sentido ninguna de ellas, y bastante increíbles para suceder todas a la vez, lo que al final resulta ser como la vida misma. Por de pronto, en vez de actuar de forma lógica e instalarse en casa de sus tíos, decide aceptar la invitación (de esas que se hacen por pura cortesía, sin que se piense que van a ser aceptadas) de su compañera de asiento en autobús, con quien apenas había cruzado unas palabras y que no parece caerle especialmente bien. Y a partir de ese momento, con ese piso en un barrio marginal como punto de partida, comienzan las peripecias de la protagonista. En el camino se encontrará con la peculiar pintora Piedad Hero...
Y no sigo contando más, esto es sólo un punto de partida...
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